الاثنين، نوفمبر 29، 2004

La Estancia Azúl

Otro día más ante mi pantalla... sí, un día más delante de esta caja brillante que absorve mi atención, y a veces diría que hasta mi alma, consumiendo el tiempo que pasa lentamente mientras mis ojos enrojecen poco a poco al compás de mis dedos inquietos. Y así, pasan los segundos, los minutos, horas, días y semanas, esperando delante del, ya anticuado, pero brillante, tubo catódico. Realmente no sé qué espero... supongo que algo que rompa la rutina de cada noche, algo que despierte mi interés, mas allá de los vacíos espacios de este mundo subterráneo, que algunos pocos privilegiados llaman la "estancia azúl". Y es que, cómo un mar, extiende sus dominios mas allá de lo que somos capaces de comprender. Mas allá de nuetras vacuas vidas, introduciendose es nuestros mas secretos pensamientos... en nuestras propias salas azules, donde los sueños toman forma, y nacen. Quizás es uno de esos sueños lo que espero ver algun día aparecer delante de mí, un sueño nacido de la simbiosis entre esa mente que trata de adentrarse en mi cerebro, y yo, su propio huésped. Y una noche más, la silenciosa lucha continua, una guerra perdida de antemano. Y mientras la vida pasa... consumiendose tan rapidamente como los datos son consumidos, y lo único que queda de ellos es ese calor etéreo, que a veces, calienta los corazones de los hombres.

الأربعاء، نوفمبر 24، 2004

Diálogo 2

-Mierda, no puedo concentrarme.
-¿Qué te pasa?
-Que no puedo dejar de pensar en ella.
-Ya... creo que deberías de eliminarla de tu memoria.
-Ya sabes que no puedo hacer eso.
-¿Por qué no?
-Porque mientras halla una mínima posibilidad, tu seguirás amandola, y yo pensando en ella.
-Pero esa posibilidad no existe.
-Ese es el problema, después de mucho pensar, creo que quizás sí que exista. Pero por otro lado es posible que tu embotes mis razonamientos.
-Seguro que es así, y que no hay esa posibilidad, te equivocas si piensas que la hay.
-Por eso no puedo dejar de pensar en ella. Porque trato de averiguar si mi razonamiento esequivocado o existe esa posibilidad.
-Pero aunque no te equivoques, solo estamos hablando de una pequeñísima posibilidad. ¿Cierto? Así que la podríamos considerar inexistente.
-Podemos, pero el solo hecho de su existenca, lo sabes, me impide a mi olvidarla, y a ti dejar de amarla.
-Pero yo no quiero vivir así, no quiero vivir agarrado a algo tan pequeño.
-No es el hecho de que sea pequeño o grande, es el hecho de que exista.
-¿Así que mientras que creas que exista esa posibilidad, no tenemos nada que hacer?
-Así es.
-¿Y seguro que existe?
-Me gustaría mentirnos a los dos, y decir que no, pero no puedo.
-Y mientras... ¿qué haremos?
-Tú esperar, y prepararte para lo peor. Yo seguiré dandole vueltas tratando de matar esa posibilidad.
-¿Y no podrías pensar en más posibilidades para que esa crezca un poco?
-Tengo imaginación, pero no tanta. Además cuanto más grande sea esa opción, más grande será tu esperanza, y más grande el dolor cuando no se cumplan las expectativas.
-Vaya rollo...
-Hay un refrán que describe bastante bien la situación a la que estamos sujetos.
-¿Cuál es?
-"Lo último que se pierde es la Esperanza"
-Ojalá fuera mentira.
-Sí, ojalá...

Diálogo 1

-¿Sabes? Otra vez me ha vuelto a pasar.
-¿Otra vez?
-Sí, otra vez, ya sabes que me cuesta mucho aprender de mis errores.
-Mmm, ya notaba algo raro en tí estos días. No podía dejar de pensar en ello.
-Querrás decir en ella.
-Eso, claro, en ella. No podía dejar de pensar en ella, ahora se porque.
-Quizás si hubieras controlado un poco más lo que piensas, no me habría vuelto a pasar esto.
-Sí, claro, ahora será culpa mía. Ya sabes que no puedo apagarme y dejar de pensar en las cosas que me mandas desde ahí abajo, qué más quisiera yo.
-Pero por tu culpa, y las continuas imagenes que evocabas, no dejaba de recordarla.
-Mira, yo lo evité cuando estuvimos con ella. Me mantuve frío y distante, como debe ser. Eres tú el encargado de controlar los sentimientos. Yo solo puedo ignorarlos, y sabes el daño que te hace eso.
-Sí, vale, es cierto. Los sentimientos comenzarón en mí. No hay que ser muy inteligente para saber eso. ¿Pero qué quieres que le haga? Surgen sin más, y lo hacen por culpa de las películas que tú me montas.
-Pero yo me haría esas películas sin tus sentimientos, para hacerlas necesito protagonistas. La culpa es tuya por darmelos.
-Pero yo no te quería dar nada. Fue culpa de ella, se puso ahí delante... ¡Me sonrio!
-Sí, ya, al final será culpa de ella, ¿no?
-Pues sí.
-Pues estás loco, lo cual supongo que es normal, pero bueno... ¡Ella solo fue amable! ¡No se podía hacer invisible!
-Vale, pero tú... ¿Por qué no puedes dejar de pensar en ella?
-¡Por tú culpa! No deberías de haberle devuelto la sonrisa.
-Fui amable, ¿no?
-¡Me quitaste el control! Comenzaste la ecatombre de nuevo... y ya estoy harto.
-Lo siento, pero no pude evitarlo.
-Y ahora es demasiado tarde para arreglarlo.
-¿Y qué vamos a hacer?
-Supongo que lo de siempre. Lo pasaremos mal, me bloquearé a menudo, me costará pensar en cosas útiles... De nuevo pelearemos por el control... y al final a tí te romperán de nuevo, y yo querré apagarme.
-¿Por qué a mi siempre me rompen?
-No lo sé... pero más te vale que te vayas haciendo a la idea.
-Creo que yo también estoy harto. Ojalá no me hubiera vuelto a ocurrir.
-Ya... ¡Ojalá!