الثلاثاء، نوفمبر 25، 2008

Gracia

Camina hacia mi, flotando sobre la hierba fresca. Flores prendidas en su ropa y cabellos. Miro sus ojos, profundos como dos mares, hacen volver al ayer. Su rostro me hace sonreir, su sonrisa me hace correr sin miedo. Su ojos, cerrados, me dicen que me ama incondicionalmente. Sus manos, abiertas hacia mi, borran mi pasado. Volvemos a empezar. ¿Lo haré bien esta vez? Sé que no. Mis pies tropezarán. Volveré a ensuciarme. Y sé que tu siempre estarás ahí. Para envolverme, para ayudarme a dormir, para levantarme... para amarme. Gracia.

السبت، يوليو 09، 2005

La Musa

Esta noche me ha vuelto a visitar. De nuevo, caminando por el bosque. Bosque extraño, Reino del Silencio y las Tinieblas. Bosque del que trato de salir, tropezando por un camino que no soy capaz de ver, acompañado solo por las Sombras azuladas de los árboles, que me miran desde sus mutiladas cortezas. Y es cuando pierdo la esperanza de salir de mi pesadilla, que aparece.

Con un vestido de plata, tejido por la Luna. Su pelo negro como las plumas de un cuervo, negro como la noche, cubierto de estrellas. Su piel brilla mortecina, con un halo blanco que la rodea. Como un ángel, como la Muerte. Sus labios rojos se mueven, susurrando, pronunciando palabras ininteligibles para mi. Misterios de la noche, misterios de la vida, la muerte que solo ella conoce. Me mira con sus ojos negros, me ha visto, y no me dejará escapar. Y a pesar de que no quiero, algo me obliga a sostener la mirada de esos enormes ojos negros, a leer en ellos. Y sin poder, sin querer, evitarlo, me sumerjo en ellos. Sintiendo el fluir de su alma, leyendo en ella como en un libro. La Muerte y la Vida, el Amor y el Odio que custodia en su corazón. Y veo, en el núcleo de sus emociones, en el fondo de su espíritu, mi propia vida, mi propio espíritu. Entonces lo comprendo, no hay escapatoria. Me he convertido en esclavo de esos ojos, de esas negras profundidades, donde las estrellan brillan puras, donde el Universo cobra vida y significado.

Y ya no quiero, no puedo, salir del bosque. Salir de las Tinieblas, donde la Oscuridad me abraza con calidez, con pasión. Deseo vivir eternamente con mi Musa, en sus dominios, pero llega el día, y mi sueño o pesadilla, se esfuma. Por eso anhelo la noche, porque ella existe dentro de ella. Porque es cuando mi musa brilla, iluminándome. Porque es cuando amo, y soy amado.

الثلاثاء، يونيو 21، 2005

Locura Humana

El Infierno. Nadie nos dijo que ganar la guerra seria fácil. Solo nos dijeron que ganaríamos. Miro a mí alrededor, espectros, solo veo espectros. Caras anónimas de soldados sin vida. La actividad es frenética, se acerca el combate, pero antes de la batalla ellos ya han perdido el brillo vital de sus ojos... están muertos. Comprueban por enésima vez sus armas, que saben, se les encasquillarán cuando más falta les hagan. Otros arrastran a los heridos lo más lejos posible del frente, hay que dejar espacio para la lucha, para los nuevos heridos... y muertos. El olor es nauseabundo, orines, excrementos, sudor y bilis tiene que ser una mezcla insoportable. No para nosotros, no conocemos otro olor desde hace dos meses, el aire se ha vuelto inoloro. Los muertos vivientes siguen moviéndose, nerviosos, no sé porque, no lo entiendo, ya saben que están muertos. El Sol esta en su cénit, queda menos para la batalla. Algunos miran nerviosos hacia las líneas enemigas, otros a sus compañeros de pesadilla, aquel de allí es la tercera vez que vomita, y ese tiene tanto miedo que se ha meado encima y ni se ha dado cuenta. Solo unos pocos parece que pueden controlarse. Los locos, los que le han perdido el respeto a la muerte tras engañarla repetidas veces. Los que ya no tienen miedo a nada.

De repente, como si de tambores infernales se trataran, los cañones empiezan a tronar. Nos agachamos y escondemos las cabezas entre nuestras manos. Pronto aquí y allí la tierra comienza a brincar partida en mil pedazos. Y al rato el sonido de la artillería es tapado por los gemidos de los primeros heridos, la carnicería a comenzado, llego la hora de morir. La orden de ataque resuena, allá vamos una vez más. ¿Que más da correr hacia la muerte que esperarla agachado? Todos salimos en tropel hacia el enemigo, no hay nada que perder, no habrá prisioneros. Solo podemos tomar la colina con el combate cuerpo a cuerpo, llevan ahí mes y medio, tienen que estar aún peor que nosotros. La artillería sigue resonando, impasible, junto con los terrones de tierra, ahora cada vez más soldados yacen... o lo que queda de ellos, caras que hace un minuto me sonreían nerviosas. Seguimos atacando, a mí alrededor las personas caen. Ahora si que huelo, azufre y sangre fresca, el olor del campo de batalla. Ya no podemos más, echamos el cuerpo a tierra, los cañones son sustituidos por ametralladoras que tratan de limpiar la pendiente que nos conduce hacia la victoria. Las balas silban, cada vez mas cerca de nuestras cabezas, ya queda menos. Algunos se levantan y corren desesperados hacia el enemigo, es la manera más estúpida e inútil de morir, pobres diablos sin cerebro. Estamos llegando al final, comenzamos a disparar, algunos se levantan, cada vez más, las ametralladoras no podrán con todos. Se quieren rendir, pero no habrá piedad, hay que vengar a los caídos. A pesar de que llevaban días muertos...
Hemos tomado la colina, ahora podemos ver lo que ha quedado a nuestro paso... Un campo sembrado de deshechos y desperdicios humanos. Y lo que somos nosotros no tiene mejor pinta. Nubarrones negros comienzan a cernirse sobre nuestras cabezas. Parecen anunciar la locura de los Hombres. La Oscuridad se abalanza sobre los cuerpos sin vida, los de los que yacen, y los de los que aun nos mantenemos en pie. Cuerpos que jamás vieron la Luz. ¿De qué les serviría ahora un sol radiante? Los supervivientes, o lo que queda de nosotros seguimos mirando el macabro espectáculo. Como si esperásemos encontrar alguna cara conocida por la cual llorar, o la sonrisa triunfal de algún herido, que, aunque mutilado, de nuevo ha esquivado a la Muerte. De repente un rayo cae. Pronto la lluvia lo barrera todo, y dentro de un tiempo este día, esta colina, no será mas que un rumor de viejas batallas. Miro a los que como yo aún se mantienen en pie. Todos miran con la vista perdida el campo dejado atrás. Sus rostros son todos iguales, como si un mismo espíritu los poseyera. Sus caras tienen los mismos ojos. Unos ojos sin brillo, sin vida, ojos que delatan la locura, que como una droga les mantiene con vida.
La actividad vuelve a comenzar, no hay tiempo que perder, pronto comenzara la tormenta. Nadie se queja, nadie habla, nadie llora por los miles de muertos vivientes que hoy han perecido a manos de otros muertos vivientes. ¿nadie? Miro al cielo, pregunto de nuevo, ¿nadie? Y el cielo me responde, y como grandes lágrimas las gotas de lluvia se derraman sobre la Tierra. No lo puedo evitar, y las lágrimas se agolpan en mis ojos, y exploto. Mis saladas lagrimas se diluyen en las dulces que derrama en cielo. Mis ojos se nublan, como antes lo hizo el cielo, ya no puedo ver más, no me hace falta. Se demasiado bien que es lo que hay detrás de mi dolor. Orgullo, miedo, odio, maldad,... Locura Humana.
Locura que elige orgullo antes que humildad.
Locura que elige odio antes que amor.
Locura que elige muerte antes que vida.
Locura que elige odio antes que amor...
La Locura, solo ella puede llevarnos a esta situación. Locura, porque nos falta algo, locos porque estamos incompletos, y no sabemos reconocerlo, locos por no querer doblar la rodilla.
Miro los muertos, los supervivientes, lo que antes era el enemigo,... y el cielo, siempre imperturbable. Y mientras miro como los primeros rayos de un nuevo sol, caen entre las nubes, como un rayo de Esperanza... Pero mientras, pregunto, ¿nos faltas Tú? Tienes que ser Tú, porque no queda nada mas...
Y sigo llorando, inconsolable, para lavar mi dolor, para que mis lágrimas arrastren como antes hizo la lluvia con el campo de batalla, todo mi miedo, todo mi orgullo,... toda mi Locura. Pero no pueden, nada puede... y por fin lo comprendo, y mi Locura es vencida, solo Él puede.

الأربعاء، مايو 04، 2005

En otras palabras.

Llévame a las profundidades del mar, allí donde la luz juega con los peces. Donde los colores están vivos, y los rayos del sol pintan un cuadro eternamente cambiante. Allí donde el agua se transforma en un maravilloso diamante, donde las algas se convierten en mágicas esmeraldas.
En otras palabras, mírame.

Transmíteme tu energía, haz que la electricidad traspase mi cuerpo. Que el rayo atraviese mis órganos y mi corazón se acelere. Que la corriente haga brillar mi cara, que tu calor ayude a mi vida a resplandecer.
En otras palabras, coge mi mano.

Haz que el Sol brille a través de las nubes, que su Luz, sin cegarme, ilumine mi día, y por la noche, deja que la Luna llena traiga la paz a mi corazón.
En otras palabras, sonríeme.

Hazme viajar por tu mundo. Un mundo de sueños y esperanzas donde podamos compartir sin vergüenza nuestras ideas y pensamientos. Un mundo donde las palabras jueguen unas con otras, y la verdad reine.
En otras palabras, háblame.

Hazme volar más allá del cielo, maravillándome con los anillos de Saturno mientras viajamos fuera de la Vía Láctea, allí donde las estrellas son incontables, allí donde su calor no es frío, donde su brillo me ilumina y su fuego hace arder mi corazón.
En otras palabras, bésame.

En por ti que doy gracias.
Mi anhelo son tus besos, más dulces que el azúcar.
Mi necesidad es tenerte en mis brazos para protegerte, para cuidarte siempre.
Mi felicidad es darme a ti, y con ello lograr tu sonrisa.
Mis sueños están incompletos si no se mezclan con los tuyos.
Mi esfuerzo siempre tiene recompensa, si son tus ojos, los que me miran.
En otras palabras, te amo.

الأحد، أبريل 17، 2005

Diálogo 5

-Los odio, los odio a todos.
-¿Pero por qué? ¿A qué viene ahora esta rabieta?
-A que de nuevo me han fallado, de nuevo me han dejado solo, como siempre.
-¿Y qué querías?
-Quería alguien que me escuchara, que me pregutara cómo estoy.
-Que iluso eres.
-Ahora los odio a todos, no merecen que me importen.
-¿Entonces se acabó?¿Por fin vas a hacer lo que debías desde hace tiempo?
-¿El qué?
-Odiarles, ignorarles, aceptar que tú no existes para ellos, y por tanto ellos no lo deberían hacer para tí.
-Pero no puedo hacer eso.
-Pues es la única manera de que no te vuelva a pasar, de esquivar el dolor.
-Pero también el amor.
-¿Y cuán a menudo recibes amor?
-...
-¿Ves? Los otros solo traen dolor, decepción, tristeza. Lo lógico es que te deshagas de ellos, y ahora que la ira te domina, es posible que sea menos doloroso hacerlo.
-Pero no puedo, porque también les amo.
-¿Cómo puedes amar a alguién que te rechaza? ¿A alguién que te causa dolor?
-No lo sé, pero lo siento.
-Sí, yo también siento tu irracional amor. Sabes que eso te traerá más dolor, tendrás que pagar por ello.
-Sí, lo sé.
-No lo comprendo. ¿Por qué lo haces? Algún día el dolor será tan grande que nos matará a los dos.
-Espero que ese día no llegue jamás.
-Y yo también lo espero, por nuestro bien. Ese día sé que ninguno de mis argumentos te convencerá de nada.
-Ya...
-Mi consejo, ya sabes cuál es. Una vez un hombre, que dicen, era muy inteligente, afirmó: "El Infierno son los Otros."
-Pero a veces los Otros son un trozo viviente de Cielo, y eso es lo que busco, lo que anhelo, lo que me hace ser como soy, y volver a caer en el mismo error.

الخميس، يناير 06، 2005

Mi pequeño Reino

Aquí estoy, sólo, en mi pequeño puerto, mi pequeña isla, mi pequeño Reino. Los días pasan, y como los días, así también pasan los barcos por delante de mis ojos. Todos se paran en el horizonte, y desde allí me miran, tristes, inalcanzables. Algunos lo intentan, y tratan de llegar, a mi pequeño puerto, del cual soy el almirante, a mi pequeña isla, de la cual soy el dueño, a mi pequeño Reino, del cual soy el Rey. Pero ninguno puede llegar hasta mí. Las cicatrices blancas que rasgan el azúl mar alrededor de mí, revelan los mortíferos acantilados que me rodean. Los grandes barcos no pueden atravesarlos ya que su quilla quedaría destrozada, y los pequeños esquifes serian arrojados contra ellos por la furia del mar.

Y mientras, yo sigo solo, observando esos barrotes blancos y horizontales de mi celda, de mi pequeño puerto, mi pequeña isla, mi pequeño Reino, mi pequeña prisión.

Todas las mañanas oteo el mar, en busca de la vela desconocida que un día atraque aquí. Y mientras, el sol curioso, me mira, y las olas rugen enfadadas. Y todas las noches enciendo mi pequeño faro, por si algún barco se pierde y llega hasta mí. Y mientras, la Luna se ríe de mi desgracia, y las estrellas lloran conmigo. En mi pequeño puerto, mi pequeña isla, mi pequeño Reino, mi pequeña soledad.

Y en ella, solo Dios me escucha. Y a Él le pregunto. ¿Cuándo llegará? ¿Cuándo vendrá el barco que me libre de mi prisión, de mi soledad? Porque pronto llegará la primavera. Y los peces y los corales pintaran el fondo de mi pequeño puerto. Las flores florecerán y los árboles reverdecerán en mi pequeña isla. Los pájaros cantaran y el Sol brillará en mi pequeño reino. Sí, la Primavera llegará, y con ella sus maravillas. Y me da miedo, mucho miedo, ya que cuando llegue, no sé si tendré a alguien a mi lado. Alguien a quien mostrar y con quien compartir las pequeñas maravillas de mi puerto, de mi pequeña isla, de mi pequeño reino, de mi pobre vida.



My Little Empire
My little empire
Has risen and it's set
My little empire
Is as good as it can get
My little empire
Is coming around
My little empire
It don't make a sound
My royalty it does not exist
It is extinct for the eye to see
My ideology it is dead and gone
Almost forgotten for the eye to see
My little empire
I'm sick of being sick
My little empire
I'm tired of being tired
My little empire
I'm bored of being bored
My little empire
I'm happy being sad
Happy being sad
All of my sins are attempts to fill the voids
All of my voids they are filled with sin
All of my demons they are kept within
And all my violence it does not exist
My little empire
I'm happy being sad
My little empire
I'm fucked with being fucked
My little empire
I'm done with being dumb
My little empire
I'm happy being sad
Happy being sad
Happy being sad
Happy being sad


Manic Street Preachers

الأربعاء، يناير 05، 2005

Diálogo 4

-Deja de pensar en su pelo, que tienes que estudiar.
-¿Qué?
-Ya me has oido, deja de pensar en su pelo. ¡Ya!
-No digas tonterías.
-Los dos sabemos en quién estás pensando, y porqué.
-Sí, ¿y qué? ¿Por qué no puedo pensar en su pelo? Estoy aburrido, y su pelo es bonito.
-Deja de excusarte con tonterías, y deja de pensar en su pelo.
-Es la verdad.
-Pues sabes lo dolorosa que es para mí esa verdad, así que para ya.
-No me da la gana.
-¿No? Pues no me vengas luego con tus silogismos trágicos cuando te pregunte, porque no puedo dejar de tener esperanzas.-Deja ya de hablar, sabes que razonar no es lo tuyo.
-Pues haz tu trabajo, y piensa tú.
-¡Ya lo hago! ¡En ella, y en su pelo!
-Pues para variar piensa un poco en mí. Sabes que me pongo enfermo cuando piensas tanto en ella.
-Es cierto, y te pones insoportable.
-Y sabes que el único modo de evitarlo es dejando en paz su recuerdo.
-¡Pero no puedo! Tiene un pelo muy bonito, y sabes lo feliz que me hace pensar en ella.
-Pero a mi me hace desdichado. Sal ya de tu burbuja matemática, y date un paseo por mi mundo, egoísta.
-Bah, tú siempre vives en ese mundo de amor cortés y romántico.-Y no sabes lo que me duele.
-Mira, estoy harto de tí, dejame en paz.
-De acuerdo, pero cuando te diga que me duele todo, y que estoy triste, no te quejes.
-No lo haré. ¡Dejame en paz!