-Míralas, son bonitas, ¿verdad?
-Sí, son hermosas, sabes lo mucho que me gustan.
-Creo que son una de las cosas que más me gustan de mi Creación.
-Son preciosas. ¿Por qué creaste tantas? Hay un montón, y están colocadas de forma algo... compleja, ¿no?
-Lo hice así, no sé... creo que me gustan las cosas con cierto fondo complejo. Algunas de mis creaciones son simples, no por ello menos hermosas, pero su base siempre es complicada. Creo que quería plasmar ahí arriba la complejidad que hay aquí abajo. Ninguna de ellas sobra, igual que aquí abajo, nada ni nadie de lo que cree, sobra.
-Entonces... ¿Los cielos son un reflejo de la Creación en la Tierra?
-Podríamos decir que sí. Con el mismo equilibrio que cree los cielos, cree también la Tierra. La misma complejidad que rige los astros, impera también en los átomos.
-Pero es difícil darse cuenta. Creaste las estrellas demasiado lejos.
-Y tú crees que jamás las podrás alcanzar, ¿no?
-No, no creo que jamás pueda verlas más cerca de lo que lo hago ahora.
-¿Te parece imposible?
-Sí, creo que moriré antes de conseguirlo.
-Quizás al ponerlas tan lejos... lo hice esperando que al mirarlas ahí arriba... soñarás con lo imposible. ¿Nunca has soñado que alcanzabas las estrellas?
-Sí, lo suelo soñar, es hermoso... demasiado,... nada más que un sueño imposible, una quimera.
-Pero sueñas. Al mirar los cielos, ver su belleza, su complejidad... y su lejanía, te hace anhelarlas, y al final sueñas con ellas. Me gusta que soñeis con lo imposible.
-Pero... ¿De qué me sirve? Son sólo sueños.
-Y YO SOY sólo el Dios de lo imposible. No me encargo de los sueños posibles, esos puedes realizarlos tú sólo. Yo, me encargo de los sueños imposobles, increibles, pero para poder ocuparme de ellos... primero has de soñarlos.
-Entonces... ¿Algún día veré las estrellas de cerca?
-O eso, o algo mejor... si tu quieres, claro.
-Claro que quiero.
-Pues ya sabes por dónde comenzar, no dejes jamás de soñar.
الأحد، ديسمبر 19، 2004
الاثنين، ديسمبر 13، 2004
Diálogo 3
-No quiero seguir así, ¿qué hago?
-¿Pero qué es lo que quieres?
-Quiero saber, quiero que esto termine ya.
-Bueno... si quieres acabar ya, tienes dos opciones.
-Que son...
-Bien... la primera es que tú te olvides de ella, totalmente, que te hagas a la idea de que jamás la conseguirás, nunca, que pienses en otras... como si ella no existiera, ni lo hubiera hecho jamás. Casi, casi, como si hubiera muerto.
-Pero no puedo hacer eso... quedarme sin saber, sin tener la seguridad de que ella no siente nada por mí.
-Bueno... en ese caso, existe la segunda opción. Entrale a saco. Dile lo que sientes... y a ver que pasa.
-¡Pero tio! ¡Haciendo eso destrozaré nuestra amistad, y todos nuestros amigos pensarán que estoy loco!
-Pero es lo que hay. La primera opción me parece la más generosa, ya que sólo lo pasarás mal tú, la otra es más en plan de: "Si yo lo paso mal, lo pasa mal todo el mundo."
-Jo tio... ¿No hay más opciones?
-Podríamos decir que sí... existe también la opción de los valientes, ya que esas dos las considero, personalmente, algo cobardes.
-¿Cuál es esa?
-Esperar... sigue conociendola, despacio, y algún día, con naturalidad, te darás cuenta de si esa amistad será algo más... o si solo quedará en eso, que no es poco, una hermosa amistad.
-Pero eso es duro, casi seguro que no será nada más que amistad, y lo pasaré mal. Encima... la espera es como alargar más la tortura.
-No sé... es la opción más valerosa, casi siempre la más dolorosa, pero a veces también es la más gratificante.
-Sé que no puedo olvidarme de ella sin más. Y tampoco quiero esperar eternamente en base a una esperanza falsa. Pero valoro demasiado mi amistad para preguntarle, directamente, nada.
-Entonces... ¿qué piensas hacer?
-Supongo que intentaré ser valiente, de todas formas, por mucho daño que me haga a mi mismo, sé que acabaré por curarme... asi que total...
-Bueno... y allí estaré yo para animarte.
-¿Pero qué es lo que quieres?
-Quiero saber, quiero que esto termine ya.
-Bueno... si quieres acabar ya, tienes dos opciones.
-Que son...
-Bien... la primera es que tú te olvides de ella, totalmente, que te hagas a la idea de que jamás la conseguirás, nunca, que pienses en otras... como si ella no existiera, ni lo hubiera hecho jamás. Casi, casi, como si hubiera muerto.
-Pero no puedo hacer eso... quedarme sin saber, sin tener la seguridad de que ella no siente nada por mí.
-Bueno... en ese caso, existe la segunda opción. Entrale a saco. Dile lo que sientes... y a ver que pasa.
-¡Pero tio! ¡Haciendo eso destrozaré nuestra amistad, y todos nuestros amigos pensarán que estoy loco!
-Pero es lo que hay. La primera opción me parece la más generosa, ya que sólo lo pasarás mal tú, la otra es más en plan de: "Si yo lo paso mal, lo pasa mal todo el mundo."
-Jo tio... ¿No hay más opciones?
-Podríamos decir que sí... existe también la opción de los valientes, ya que esas dos las considero, personalmente, algo cobardes.
-¿Cuál es esa?
-Esperar... sigue conociendola, despacio, y algún día, con naturalidad, te darás cuenta de si esa amistad será algo más... o si solo quedará en eso, que no es poco, una hermosa amistad.
-Pero eso es duro, casi seguro que no será nada más que amistad, y lo pasaré mal. Encima... la espera es como alargar más la tortura.
-No sé... es la opción más valerosa, casi siempre la más dolorosa, pero a veces también es la más gratificante.
-Sé que no puedo olvidarme de ella sin más. Y tampoco quiero esperar eternamente en base a una esperanza falsa. Pero valoro demasiado mi amistad para preguntarle, directamente, nada.
-Entonces... ¿qué piensas hacer?
-Supongo que intentaré ser valiente, de todas formas, por mucho daño que me haga a mi mismo, sé que acabaré por curarme... asi que total...
-Bueno... y allí estaré yo para animarte.
الأحد، ديسمبر 12، 2004
Palabras comunes y ordinarias
Palabras comunes y ordinarias las que crees que te encomiendo. Mas harías bien, en darles importancia. Pues son mis palabras las que revelan las sentimientos de mi corazón. Son las palabras las que dan vida a mis contradicciones y emociones, mis palabras las que dan vida a mi vida. Son mis palabras las que conmoverán tu corazón y harán que tus ojos vean más que lo que hay enfrente de ellos. Mis palabras las que revelarán los secretos de mi alma.
Palabras comunes y ordinarias, que al juntarlas se transforman en mi Creación, en mi Obra, fantástica y única, que nadie más que yo podría realizar. Serán las estrellas que mi voz proclama, las que contemplarás. Las montañas y valles que moldeo con mi imaginación con las que te maravillarás. Las puestas de Sol que pinto sobre el mar, y todos sus colores, las que te harán llorar.
Así que no menosprecies mis comunes y ordinarias palabras, porque el secreto que encierran es mayor que tú y que yo, y escapa a nuestro discernimiento.
Palabras comunes y ordinarias, que al juntarlas se transforman en mi Creación, en mi Obra, fantástica y única, que nadie más que yo podría realizar. Serán las estrellas que mi voz proclama, las que contemplarás. Las montañas y valles que moldeo con mi imaginación con las que te maravillarás. Las puestas de Sol que pinto sobre el mar, y todos sus colores, las que te harán llorar.
Así que no menosprecies mis comunes y ordinarias palabras, porque el secreto que encierran es mayor que tú y que yo, y escapa a nuestro discernimiento.
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